El desarrollo económico y social de algunas regiones ha logrado impulsar proyectos de gran magnitud.
Por: Jorge Alfredo Piñeros
Algunos constructores han encontrado una dinámica de mercado más favorable en las ciudades intermedias del país (es decir, las que cuentan con menos de un millón de habitantes), algo que se ve reflejado en las cifras que registra el sector.
Muestra de ello está en Ibagué, ya que según un informe realizado por la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), en abril, esa ciudad tuvo un incremento de 19 por ciento en la oferta de vivienda de interés social (VIS), lo cual cobra importancia, si se tiene en cuenta que la oferta de este tipo es la que mayor presencia tiene en las ventas nacionales.
Sin embargo, de las 3.979 unidades disponibles, el 61 por ciento correspondió a otros segmentos diferentes a VIS, que son los que atraen a los compradores externos a la región. Lo anterior es apenas un ejemplo de hacia dónde se está moviendo la construcción para realizar proyectos de carácter inmobiliario a lo largo del país.
Para tener una mayor claridad en este tema, EL TIEMPO consultó a diferentes empresarios, quienes explicaron el porqué la actividad edificadora y urbanizadora se está haciendo sentir más en departamentos que anteriormente no eran tan atractivos para los inversionista de ese sector.
Y es que dicha tendencia no se ha limitado a suplir las necesidades en los temas de déficit habitacional, también ha sido dirigida hacia todo tipo de inmuebles. Una muestra de esto es el centro comercial y empresarial Primavera Urbana, ubicado en los Llanos Orientales y que cuenta con un total de 41.000 metros cuadrados.
Mayor crecimiento
Según
su gerente general, Francesca Bersano, “para los colombianos, realizar
una construcción de este tamaño en Villavicencio era impensable en una
época, pues se creía que algunos lugares que estaban apartados de
ciudades como Cartagena o Barranquilla, para nombrar algunos ejemplos,
eran considerados como pueblos, algo que ya se debe desmitificar del
imaginario colectivo, pues presentan grandes avances en temas de
infraestructura, accesos viales, además que han logrado instaurar parte
de sus sedes las compañías más importantes, generando un impacto
positivo en su desarrollo”.
Para la directiva, parte del atractivo de estas urbes consiste en que
“se puede encontrar una mayor calidad de vida sin la necesidad de
gastar de más: cosas sencillas como que una persona no necesita estar
una hora atrapada en el tráfico para llegar a su destino o que no se
escuche tanto ruido, como el que tiene Bogotá –junto con ciertos
factores climáticos– ayudan a crear un ambiente mucho más agradable para
los visitantes y sus residentes”.
Esta última afirmación
parece estar acorde con la percepción de varios constructores, que han
rescatado, entre otras ventajas, las que se mencionaron anteriormente
como un valor agregado que encuentran los compradores al momento de
tomar una decisión sobre adquirir una segunda vivienda o simplemente
elegir donde puedan invertir su dinero con una gran proyección a futuro,
para generar una buena rentabilidad.
Parte de esa realidad se puede contrastar con las cifras que publicó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane),
sobre las licencias aprobadas para la construcción de diferente
inmuebles, pues en algunos de los departamentos donde se ubican las
ciudades intermedias hay un aumento de las superficies dispuestas para
diferentes tipos de obras, como lo muestran los números de Huila (146,7
por ciento), Meta (77,8 por ciento) y Quindío (118,9 por ciento), que en
conjunto le representaron un aporte al ponderado nacional de 4 puntos
porcentuales.
Ante esto, Alfredo Molina, gerente comercial de la
constructora Hábitat de Los Andes, aseguró que “las oportunidades de
desarrollo estratégico (en temas de inversión) se encuentran en esas
capitales; desde nuestra empresa, hemos estudiado que el foco principal
puede estar en Ibagué y Bucaramanga y, hay una gran proyección, en
Neiva, Armenia, y gran parte del Eje Cafetero, que presenta una mayor
demanda”.
Desde la empresa, se rescata la importancia del
mercado inmobiliario en esas ciudades de forma especial, debido a que se
han transformado en un referente de crecimiento e inversión para el
país, donde aparte de la demanda local se puede encontrar una externa,
que sirve para dinamizar el mercado desde diferentes frentes.
Además, cada región cuenta con ciertas particularidades que la pueden potenciar a futuro,
como por ejemplo en Santander que, según Molina, “presenta una gran
infraestructura en temas viales y de comunicaciones, lo que le ha
ayudado a convertirse en un escenario propicio para las empresas, y otro
atractivo se debe a que cuenta con una economía propia”.
JORGE ALFREDO PIÑEROS
Redacción Vivienda
alfpin@eltiempo.com
Tomado de: https://www.eltiempo.com